Cuando comienzan a ser más autónomos, es normal que los niños y las niñas con su gran capacidad de exploración y curiosidad empiecen a lastimarse sin querer. Se caen, usan algún objeto que no saben (o deberían) manipular… y así hasta un millón de situaciones más. A pesar del sobresalto que ocasionan, los cortes, las caídas, los golpes, los rasguños y raspones son inevitables. Lo importante es no perder la calma y saber curar cada uno adecuadamente.
Pasos para curar la herida
Las raspaduras en las rodillas son muy habituales, desde que se inician en el gateo. En estos casos, la Asociación Española de Pediatría recomienda:
- Lavar la herida con agua fría del grifo y jabón. Si la herida o raspón está en la rodilla o en otra parte del cuerpo y sangra, debéis elevar, a ser posible, la zona lesionada y hacer presión sobre ella con gasas. Para disminuir la inflamación, también se puede usar una bolsa de congelados o hielo envuelta en una toalla durante dos minutos o hasta que cese la hemorragia.
- Aplicar un antiséptico y mantener la herida tapada. La clorhexidina es un antiséptico seguro para prevenir infecciones y apto a cualquier edad.
- Acudir a urgencias si la herida no deja de sangrar. Si no conseguís contener la hemorragia en cinco o, a lo sumo, diez minutos, es cuando debéis acudir a urgencias, sin dejar de comprimir la herida.
Cómo curar raspones en la cara
Cuando los niños y niñas empiezan a jugar y a descubrir el mundo que les rodea, es posible que acaben haciéndose raspones en la cara con asiduidad, pero este tipo de herida no siempre será grave. Para quitar rasguños en la cara de un niño, debéis seguir los mismos pasos que hemos mencionado anteriormente. Lavar la herida con jabón y agua fría, hacer presión con gasas o hielo envuelto en una toalla, aplicar un antiséptico y mantener la herida tapada y acudir a urgencias en caso de que empeore o necesite puntos de sutura.
Cómo usar la crema antiséptica para niños
Cuando la herida es superficial y sus bordes están juntos, es suficiente con poner un antiséptico en espray o en crema, como la clorhexidina, y cubrirla con una gasa estéril, repitiendo la cura diariamente hasta que se forme costra. Los antisépticos servirán entonces para impedir que los gérmenes ataquen la herida y, en consecuencia, evitar las infecciones que estos puedan ocasionar. Ya sea en crema o en otro formato, los antisépticos deben aplicarse a ambos lados de la herida y no directamente sobre el corte, rasguño o raspón.
El enrojecimiento, la hinchazón, el aumento de temperatura en las heridas del niño o la aparición de pus, son signos de infección. En estos casos, el pediatra valorará la administración de antibióticos.
Qué hacer en caso de herida profunda
Si la herida o raspón del niño es profunda o sus bordes quedan separados, puede ser preciso poner unos puntos de sutura o unas tiras especiales para aproximarlos. Debéis acudir al ambulatorio, u al hospital si el corte es en la cara, antes de que hayan transcurrido seis horas y haya empezado a cicatrizar.
Las heridas profundas pueden causar una lesión interna, por tanto, en muchas ocasiones será primordial que valoréis si debéis acudir o no al pediatra. A veces, junto con la herida, puede haber sufrido un traumatismo que derive en la fractura de algún hueso, esguince o luxación.
Si se trata de un corte facial, no debéis preocuparos por las cicatrices que puedan dejar los puntos de sutura. Generalmente, este tipo de heridas en los niños sanan rápidamente y con cicatrices mínimas. En algunos casos, el pediatra puede recomendar una crema cicatrizante, pero no debe aplicarse sin prescripción. El uso de protección solar a diario sí es especialmente importante en estos casos, para minimizar los efectos del sol en la cicatriz.
La mayoría de profesionales recomiendan que este tipo de cortes se reparen con simples suturas de puntos separados, diseñados especialmente para la delicada piel del rostro. Por eso, si la herida es mayor que un raspón y el corte no deja de sangrar, es conveniente que acudáis a urgencias.
Y recordad que el primer paso para cualquier tipo de herida es no alterarse, porque si el niño ve que tenéis el control de la situación, no se asustará tanto.