Tener un bebé es una decisión importante que puede cambiar muchos ámbitos de vuestras vidas, y la visita preconcepcional es el punto de partida para los futuros padres y madres que queréis estar bien informados sobre la búsqueda gestacional y un futuro embarazo.
La ciencia ha demostrado que vuestra salud, principalmente la de la madre gestante, en el momento de la concepción y en las primeras semanas del embarazo es determinante en la evolución de este. Por ejemplo, al inicio del primer trimestre el embrión da forma a todos sus órganos y es aquí donde existe el mayor riesgo de malformaciones. En la mayoría de casos, no sabréis que estáis esperando un bebé hasta pasado este periodo crítico, y por eso es beneficioso haber realizado una visita preconcepcional para que estéis informados y preparados desde el primer día de embarazo, e incluso antes.
¿Para qué sirve la visita preconcepcional?
En esta cita, que generalmente realiza una matrona, o ginecólogo, se lleva a cabo una valoración de vuestra salud actual y de vuestro historial clínico con el fin de detectar factores de riesgo que puedan complicar el embarazo. También os ofrecerá un asesoramiento sobre cómo afrontarlos. Además, proporcionará toda la información que necesitaréis para cuidaros día a día en esta nueva etapa.
Por tanto, la visita preconcepcional sirve para:
- Aconsejaros sobre cómo dirigir la búsqueda del embarazo, conociendo el ciclo menstrual y los días más fértiles.
- Realizar un estudio preliminar de vuestro estado de salud. El profesional analizará vuestros antecedentes personales para detectar enfermedades, especialmente en la futura madre, ya que por ejemplo alteraciones de tiroides o diabetes requerirán un control específico durante el embarazo. La visita también permite ofrecer consejo genético si existen antecedentes de malformaciones congénitas, abortos de repetición o consanguinidad. Además, se revisará la medicación que tomáis habitualmente, con el objeto de retirarla o sustituirla en caso de que pueda suponer un riesgo para el embarazo.
- Informaros sobre vuestros factores de riesgo. Es conveniente saber que condiciones como la obesidad, el tabaquismo o la edad pueden dificultar la concepción o poner en riesgo el propio embarazo.
- Ofrecer información actualizada de las medidas preventivas que están recomendadas actualmente durante toda la gestación. Una de ellas consiste en actualizar el calendario de vacunación para que estéis inmunizadas frente aquellas infecciones que puedan tener consecuencias graves para el bebé. Es el caso de la rubéola o la varicela, cuyas vacunas no pueden administrarse durante el embarazo, pero sí en los meses previos. El profesional médico también os aconsejará sobre si es necesario tomar suplementos de ácido fólico, yodo, hierro y vitamina D entre otros.
- Os facilitará información sobre hábitos saludables: qué alimentos son más nutritivos, los que deberían moderarse (como la cafeína) o evitarse (como los lácteos no pasteurizados) y cómo manipular y cocinar (ni el pescado, ni la carne y ni los huevos deben comerse crudos o poco cocinados) para prevenir infecciones tales como la toxoplasmosis o listeriosis. También os orientará en el cuidado y la mejora de la forma física y el suelo pélvico, para recibir el embarazo con las mejores condiciones posibles.
Si estáis bien informados desde antes de la concepción, viviréis el embarazo de manera más tranquila y vuestra salud y la de vuestro bebé se beneficiará.