Alimentación

Cómo preparar los biberones del bebé

4 min.

Si habéis optado por la alimentación de vuestro bebé con leche artificial o de fórmula, es importante seguir algunos pasos para la preparación adecuada de los biberones.

Cómo debe ser el agua de los biberones

En algunas zonas geográficas el agua potable del grifo contiene demasiadas sales minerales y sustancias poco saludables para los bebés. Por eso, generalmente, es mejor que empleéis agua envasada con bajo contenido en minerales.

Si la botella de agua envasada se manipula higiénicamente y se conserva cerrada, no es necesario que la hirváis. Dependiendo de la calidad del agua del grifo, puede ser recomendable hervirla un minuto. Si se hierve durante más de 5 minutos el agua podría aumentar la concentración de sales minerales y otros elementos hasta niveles nocivos para el bebé. Si se hierve el agua, dejadla enfriar hasta que esté tibia antes de añadir el polvo. Si no se hierve, calentadla un poco para que no esté demasiado fría. Es importante siempre comprobar la temperatura final de la leche artificial. Para comprobar que no está demasiado caliente, el método tradicional de derramar unas gotas de leche en el dorso de la mano o en la parte anterior de la muñeca funciona.

Qué leche usar para preparar los biberones del bebé

La llamada leche adaptada, se elabora normalmente a partir de leche de vaca, pero los bebés no deben tomar nunca de leche de vaca directamente, ni entera ni semi ni desnatada.

Vuestro pediatra os indicará qué tipo de leche es la más apropiada para vuestro bebé. Salvo en el caso de problemas médicos, se utiliza una leche de inicio durante los primeros doce meses de vida. A partir del año, suele ser posible cambiar a leche de vaca entera, no de fórmula.

Todas las leches para bebés deben cumplir las condiciones que periódicamente revisa e impone un comité internacional de expertos, fijando unos márgenes en cuanto a su composición. Para un mismo tipo determinado de leche, las diferencias entre las numerosas marcas que existen en el mercado (incluidas las ecológicas) son mínimas.

Aunque podéis encontrar leche artificial de inicio (tipo 1), leche artificial de continuación (tipo 2) a partir de los seis meses y leche de crecimiento (tipo 3) a partir de los 12 meses, lo cierto es que la única realmente necesaria para un bebé que no toma leche materna es la leche de inicio. Lo más recomendable es que durante todo su primer año de vida tome la leche tipo 1, aunque es más cara que la leche de continuación. En cuanto a las leches de crecimiento, también son innecesarias además de contener mucha azúcar, pues con un año (salvo en caso de alergia o intolerancia) todos los niños y niñas ya pueden tomar leche de vaca entera.

También es interesante que conozcáis que hay leches líquidas para bebés ya preparadas, algo más caras que las leches en polvo, pero muy cómodas, y que solucionan cualquier conflicto derivado del agua.

Consejos para elegir el mejor biberón para el bebé

En el mercado podéis encontrar numerosos modelos y marcas de biberones y tetinas para bebés. Si tenéis dudas sobre cuál elegir, podéis seguir estas recomendaciones:

  • Los biberones deben ser de vidrio o plásticos que resisten altas temperaturas, sin degradarse ni liberar sustancias que puedan pasar a la leche.
  • Las tetinas deben ser suaves al tacto, blandas para poder adaptarse bien a la boca del niño, y con un orificio especial para evitar que al chupar se haga el vacío dentro del biberón.
  • Hay tetinas de látex y de silicona. El látex es un caucho natural que tiene el inconveniente de degradarse y coger mal aspecto con el uso. Esto no sucede con la silicona, que en contrapartida es menos elástica y resistente a los mordiscos.
  • Si el orificio de la tetina tiene un tamaño adecuado, la leche debe gotear rápidamente, pero no a chorro. Un orificio pequeño puede dificultar la toma y hacerle tragar mucho aire, y uno demasiado grande puede hacer que se atragante o no le permita controlar la cantidad de leche que realmente necesita tomar y sobrealimentarse. 

Cómo limpiar el biberón 

Para limpiar el biberón de vuestro bebé debéis seguir las normas de higiene habituales. No es necesario esterilizarlo, tampoco las tetinas, pero sí lavarlo todo correctamente. Debéis lavar con agua y jabón las tetinas y biberones antes e inmediatamente después de cada uso, empleando un cepillo especial para eliminar cualquier resto de leche. Después los dejaréis secar bien y los guardaréis en un sitio libre del contacto con otros alimentos o productos de limpieza.

Además, debéis reemplazar la tetina por una nueva cuando la veáis desgastada, rasgada o dañada. Los biberones también debéis cambiarlos, aproximadamente cada dos meses.

Preparación del biberón

Antes de preparar el biberón es necesario que os lavéis las manos con agua y jabón. En las latas de leche de fórmula encontraréis una explicación sobre cómo preparar el biberón de vuestro bebé ya que debéis seguir siempre las proporciones recomendadas, generalmente 30 mililitros de agua por cada medida rasa de leche. Nunca debéis ponerle ni más ni menos cantidad. Para preparar un biberón más grande y reducir el riesgo de equivocaciones, solamente debéis utilizar múltiplos de 30. Para 60 ml son dos medidas de leche, para 90 ml pondréis tres medidas y para 120 ml añadiréis cuatro medidas rasas de leche de fórmula en polvo.

Empezaréis por llenar el biberón de agua caliente hasta el nivel deseado y luego añadiréis la leche en polvo que corresponda, y no al revés. Es importante que, después de agitar el biberón y mezclarlo todo bien, comprobéis que no quema. La temperatura a la que suele ofrecer son unos 36 ºC, sin embargo, hay bebés que lo aceptan igualmente a temperatura ambiente. 

Consejos para la conservación

Como la leche se puede contaminar relativamente pronto, es conveniente que preparéis el biberón justo antes de la toma. Tampoco podéis guardarlo si sobra algo cuando bebé no quiera comer más, ni siquiera en la nevera. Y en cuanto a la conservación de los botes con la leche en polvo, si los cerráis herméticamente tras su uso y los guardáis en un lugar fresco y seco, se conservan en perfectas condiciones durante un mes. 

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