El primer mes de embarazo comprende desde la fecha de la última menstruación hasta que el blastocisto (un grupo de células resultante de la unión del óvulo y el espermatozoide) se implanta en la pared uterina. Por lo que, en realidad, durante las dos primeras semanas del embarazo no se está todavía embarazada. Será en la tercera semana, tras la fecundación, cuando se empiece a desarrollar vuestro futuro bebé.
Síntomas de embarazo en el primer mes
A menudo, podéis confundir los primeros síntomas de embarazo con el síndrome premenstrual. Las mamas en ocasiones se vuelven más sensibles e hinchadas debido a los cambios hormonales. Al igual que también algunas mujeres notaréis leves calambres uterinos parecidos a los cólicos menstruales. La hinchazón abdominal y los cambios de humor son otros síntomas de embarazo durante los primeros días, pero también pueden anunciar que la menstruación está cerca.
El sangrado de implantación es un síntoma que puede ayudar a identificar el embarazo. Aunque no siempre es apreciable. Entre 7 y 10 días después de la fecundación, el futuro embrión se adhiere a las paredes del útero para formar la placenta y desarrollarse. En este proceso, llamado implantación, se pueden romper algunos vasos sanguíneos del endometrio (la mucosa que rodea el interior del útero) y provocar un leve sangrado. Se diferencia de la menstruación porque ocurre unos días antes de la fecha prevista, suele durar menos tiempo y es menos abundante.
El principal síntoma es la ausencia de la menstruación. Tras varios días de retraso es posible que os hayáis realizado una prueba de embarazo. Los test de embarazo caseros consisten en una sencilla prueba que detecta la presencia de la hormona gonadotropina coriónica humana o hCG. Se conoce también como la hormona del embarazo porque sus niveles se duplican cada día durante las primeras semanas de gestación.
Test de embarazo positivo
Al comprobar que la prueba de embarazo es positiva, debéis pedir cita con la matrona. El seguimiento del embarazo puede variar de una comunidad autónoma a otra, o si acudís a la sanidad pública o privada. En general, esta primera consulta se realiza entre las seis y las nueve semanas de gestación, aunque lo más recomendable es que acudáis a una visita preconcepcional cuando estéis planificando el embarazo.
Mientras llega esta primera visita en la que, entre otras cosas, os realizarán una historia clínica para valorar vuestro estado general e identificar factores de riesgo, debéis poner especial cuidado en seguir unos hábitos de vida saludable (si no lo habéis hecho antes). El tabaco y el alcohol están totalmente desaconsejados durante la gestación. Además, hay ciertos alimentos que debéis evitar, como aquellos que no estén bien lavados o poco cocinados.
¿Cuál es el desarrollo de feto de un mes?
La primera fase de crecimiento del embrión (así se llama al feto antes de las 10 semanas de gestación), es la de cigoto: un óvulo recién fecundado. Este cigoto, con toda la información genética de lo que en unos meses será vuestro bebé, se divide durante los cinco o seis días posteriores a la fecundación hasta formar una masa de células llamada blastocisto.
Una vez implantado el blastocisto en el útero, el grupo interno de células que lo componen se transforma en un embrión. La parte externa penetra en la pared del útero y envuelve y protege al futuro bebé. Esta pequeña esfera llena de líquido es el saco gestacional, y resulta la primera estructura que se puede apreciar en una ecografía, antes incluso de identificar al embrión. En condiciones favorables es visible en torno a las cuatro o cinco semanas de gestación, cuando todavía mide apenas dos milímetros de diámetro.
Gracias a la visualización del saco gestacional podréis confirmar el embarazo, comprobar que el embrión se ha implantado correctamente en el endometrio (se descarta así un embarazo ectópico), y además el tamaño del saco ayudará a establecer la edad gestacional. En el caso de un embarazo gemelar, ya podríais ver los dos sacos.
