Criar y cuidar de un niño o bebé no es una tarea sencilla. La crianza está repleta de dudas y, en diversas ocasiones, es común que os dejéis guiar por algunos consejos que corren por Internet o que pasan de boca a boca, sin cuestionar qué hay de verdad en ellos.
Con este artículo, aprenderéis 5 de los mitos sobre el cuidado de los bebés más extendidos:
- La salida de los dientes originan fiebre. Falso. Prácticamente todo lo que le ocurre al bebé a partir de los 6 meses acaba atribuyéndose sin evidencia alguna a los dientes. La realidad es que muchos bebés verán aparecer sus dientes sin tener absolutamente ningún síntoma. En otros casos, pueden tener molestias, dolor y ganas de morder o de apretar. Sin embargo, la fiebre nunca va a estar causada por la salida de los dientes. Si el bebé tiene fiebre, hay que buscar otro motivo.
- El cordón umbilical no se puede mojar. Falso. El cordón umbilical es el conducto que, en el útero, conecta al feto con la placenta de su madre. Al nacer es cortado, permitiendo al recién nacido respirar por sí mismo. Quedará un muñón que se irá secando hasta caerse, dando lugar al ombligo del bebé. El cordón debe estar siempre seco y limpio para favorecer su caída y evitar que se infecte. Sin embargo, para mantenerlo limpio podéis mojarlo sin problema durante el baño del bebé. Eso sí, al acabar, dejaréis la zona enjuagada y bien seca.
- La leche de vaca provoca mocos. Falso. Es un mito muy extendido, pero no existe ningún estudio científico riguroso que haya podido llegar a esta conclusión. La leche de vaca tiene propiedades que son muy beneficiosas en la alimentación. Así que el hecho de tener mocos, bronquitis o cualquier problema respiratorio, no debería ser una indicación para retirar la leche de la dieta. Si creéis que vuestro hijo puede tener alergia o intolerancia a la lactosa, no dudéis en acudir al especialista.
- La fiebre alta debe tratarse con antibióticos. Falso. La fiebre en los niños está causada en un alto porcentaje de casos por infecciones víricas, por lo que no necesitan tratamiento antibiótico. Además, el grado de temperatura no indica gravedad: es decir, enfermedades banales pueden originar fiebre alta y al contrario, infecciones muy graves no siempre cursan con fiebre elevada. Ante la fiebre, siempre es necesario que evaluéis el estado general del bebé o niño, que determinéis qué síntomas la acompañan y descartéis signos de alarma como la presencia de petequias (manchas de color rojo, marrón o púrpura) o la tendencia a la somnolencia. Además, en bebés de pocos meses, si la fiebre persiste o si hay algún otro síntoma, debéis consultar con el pediatra.
- Jugar es divertido, pero no sirve para aprender. Falso. Los bebés y niños exploran el mundo, tienen relaciones sociales y desarrollan su cerebro con el juego. Establecer rutinas donde el juego sea parte del día a día y dejarles espacio para el juego libre, no planificado, es necesario para su desarrollo psicomotor y emocional.Pensad en el juego como diversión, no lo planteéis con grandes objetivos de estimulación, ya que igualmente sus neuronas van a estimularse ante esta diversión.