Los traumatismos en niños y niñas son muy frecuentes, ya que están continuamente corriendo y explorando el mundo que les rodea. A su corta edad, todavía tienen que aprender a controlar su sistema locomotor. Muchos de estos traumatismos o fracturas en los niños no van a tener consecuencias, pero lo más importante siempre será prevenir la posibilidad de una lesión.
La importancia de los traumatismos en niños
La repercusión del traumatismo depende de la posibilidad de daño cerebral, que es más frecuente en menores de un año porque sus huesos craneales están separados. No obstante, la mayoría de golpes o caídas solamente van a producir heridas, dolor en la zona del golpe, hematomas e inflamación (chichón).
Un golpe en la cabeza puede ser más grave si se produce con una o varias de las siguientes condiciones:
- Un mecanismo de aceleración (por ejemplo, accidente de tráfico), o desde una altura importante.
- Si tras el traumatismo el bebé o el niño pierde el conocimiento o se queda somnoliento. Aunque es habitual que, tras el episodio de llanto provocado por el golpe, esté cansado.
- Empieza a vomitar o hace movimientos extraños.
- Tiene un llanto o irritabilidad persistentes.
- En caso de niños más mayores, se queja de forma insistente de dolor de cabeza.
- También si aparece sangre u otro líquido por nariz u oídos.
En estos casos, es importante consultar con profesionales sanitario en la mayor brevedad posible.
Tipos de traumatismos en niños y qué hacer en cada caso
Traumatismo craneal
Los traumatismos craneales son lesiones en el cráneo, y pueden producirse a cualquier edad. En los menores de un año, suelen estar causados por caídas accidentales desde un sitio elevado como el cambiador, la cama o la cuna, o bien desde su propia altura cuando empiezan a dar sus primeros pasos.
A partir de los 2 años, siguen cayéndose desde lugares elevados, pero también empiezan a accidentarse por el uso de bicicletas, patines u otros juguetes con ruedas, así como columpios, toboganes y similares.
Si tras el golpe solamente aparece un chichón, sin el resto de síntomas mencionados anteriormente (vómitos, pérdida de conciencia, irritabilidad…), conviene aplicar un poco de frío local en la zona para disminuir la inflamación. Si el dolor persiste, el pediatra indicará si es conveniente administrar un analgésico. Durante las siguientes horas observad que no desarrolle los síntomas que se han descrito anteriormente. En el caso de menores de un año, si el chichón es importante, puede ser recomendable la valoración por parte de su pediatra.
Traumatismo oral o dental
Los traumatismos dentales en niños (o traumatismos orales) suelen ser comunes en torno al primer año de vida, porque durante este período es cuando empiezan a gatear o aprenden a dar los primeros pasos. Por eso es conveniente saber cómo actuar en caso de traumatismo dental en un niño.
Si se da un golpe en la boca o en los dientes, lo primordial será que mantengáis la calma y tratéis de tranquilizar al pequeño para poder actuar acorde a la situación.
Después debéis limpiar la boca con agua fría en el caso de que esté sangrando (además le aliviará el dolor) y comprobar el estado de los dientes. Tras aseguraros que tiene todos los dientes, con mucho cuidado, comprobaréis si alguno se mueve, falta algún trozo o el niño no muerde con la misma fuerza.
Cuando se ha originado un traumatismo oral, una visita al odontólogo pediatra os ayudará a evaluar las repercusiones del golpe. Además, estaréis atentos a cualquier cambio en la coloración de algún diente, inflamación o a la aparición de alguna fístula en la encía.
En el caso de que falte algún fragmento de diente o una pieza entera, lo primero es intentar encontrarla. Si la mantenéis hidratada en suero fisiológico, o en saliva, sin raspar la raíz, el odontólogo podría reimplantar la pieza (solamente si se trata de un diente definitivo). Por lo que es primordial que acudáis al especialista lo antes posible.
Si el traumatismo dental le ocasiona al niño dolor de cabeza, pérdida de la conciencia u otro síntoma, debéis llevarle inmediatamente a un centro hospitalario para que puedan atenderle.
Otros tipos de traumatismos en niños y qué hacer en cada caso
Fracturas y traumatismos en niños
Cuando tras un traumatismo se observa una deformidad en extremidades (en la mano, en una pierna…) o determinados movimientos provocan el llanto del niño, es posible que se haya producido una fractura. En ese caso, es conveniente que inmovilicéis lo mejor posible la zona afectada en la postura que parezca menos dolorosa antes de llevar al niño al hospital. Pero no intentéis poner el hueso en su sitio.
Traumatismo ocular
Como los traumatismos oculares pueden ser muy variados (golpes, productos químicos…), cada uno tendrá su tratamiento específico, siempre bajo las indicaciones de profesionales sanitarios. Por suerte, la mayoría de estos traumatismos en niños no son graves, como una lesión en la córnea provocada por arena, un insecto, un trozo de papel o un palo. Los principales síntomas son dolor, enrojecimiento y lagrimeo constante. Siempre es recomendable que acudáis a urgencias para que lo examinen, pero antes podéis lavar cuidadosamente, sin frotar, el ojo con agua o solución salina.
Si la lesión en el ojo se produce por quemadura ocular con productos químicos, también debéis lavarle los ojos al niño o bebé de forma inmediata con agua abundante o suero fisiológico durante 15 minutos. Después de hacerlo, deberíais llevarlo rápidamente a urgencias.