A partir del primer año descubriréis nuevas habilidades en vuestro bebé. La marcha y el inicio del lenguaje son dos de las destrezas que más os llamarán la atención. Poco a poco su personalidad se irá haciendo más evidente, aunque todavía tiene mucho que desarrollar.
Sus características principales
En el periodo que va de los 12 a los 18 meses del bebé, se producirá una explosión de las capacidades motoras y comunicativas. Se pondrá de pie, empezará a caminar y comenzará a entender el funcionamiento de muchas de sus actividades diarias y de un lenguaje básico. Esto le permitirá sentirse poderoso y conseguir cada día nuevos aprendizajes.
La actividad de un niño de un año
En este periodo, si no lo ha conseguido antes, el bebé empezará a deambular de forma autónoma. Se considera que será capaz de caminar solo cuando pueda dar más de 5 pasos sin ayuda ni apoyo. La marcha será más inestable al inicio, para ir consolidándose progresivamente. En los primeros meses, será habitual que aumente su base de sustentación y camine con las piernas más abiertas, dando esa característica imagen del bebé. Conforme vaya asentando esa adquisición, la marcha se volverá más compleja y será capaz de caminar llevando un objeto en la mano o arrastrándolo, de subir y bajar escaleras o rampas, y de cambiar de posición: caminar, parar, agacharse y vuelta a empezar.
En cuanto a la manipulación con sus manos, será capaz de pasar páginas de un libro y apilar torres de 3 elementos y encajar piezas. También será capaz de accionar mecanismos, como, por ejemplo, encender y apagar la luz. En resumen, irá sabiendo para qué se utilizan multitud de objetos.
Comunicación y lenguaje
Desde el punto de vista del lenguaje, es una fase en la que los padres tendréis la sensación de que el bebé lo entiende todo. También empezará a manifestar características de su temperamento o incluso alguna rabieta. El lenguaje va en aumento. Cuando alcanza los 18 meses de vida, comprenderá en torno a unas 150 palabras y será capaz de utilizar unas 20. Reconocerá las partes del cuerpo y le encantará imitar gestos y palabras.
Las relaciones sociales serán importantes y podrá persistir la angustia de separación. Buscará la presencia del adulto en sus actividades y empezará a interesarse por sus iguales.
Desarrollo del bebé de 12 a 18 meses, ¿cómo estimularlo?
La sensación que tendréis las familias es que no para quieto ni un momento. Y así debe ser: por lo general, no fijará la atención de forma prolongada en ningún juguete ni actividad y la intensidad exploratoria puede ser agotadora para vosotros, como cuidadores.
Es una época en la que no le podréis descuidar ni un minuto, porque los bebés de 12 a 18 meses son rápidos y hábiles y, sin embargo, no tienen capacidad cognitiva para reconocer los peligros, de forma que el riesgo de accidentes, como cortes o traumatismos, se incrementa.
Durante esta época en la que el bebé empieza a comunicarse mejor con gestos y palabras y será más autónomo en cuanto a movimiento, cada vez jugará solo más tiempo, aunque prefiera hacerlo en vuestra compañía. Como padres o cuidadores, pensad en el juego como diversión, no es recomendable plantearlo con grandes objetivos de estimulación.
Las actividades físicas dentro y fuera de casa serán las que más llamen su atención, respondiendo así a esa necesidad de desplazamiento. Le gustará la música, dar palmadas, reproducir sonidos o palabras, encajar figuras y comenzará a introducirse en el mundo de la imaginación.
También empezará a entender cómo se relacionan las cosas entre sí. Los juguetes para bebés de 12 a 18 meses principalmente consistirán en: formar figuras con bloques de plástico o madera para apilar, juguetes para ensamblar y desensamblar, botes con tapas, cajas de juego funcionales, álbumes de fotos familiares, correpasillos, centros de actividades semi-complejas o lápices, pinturas, pinceles…
Signos de alerta en los bebés de 18 meses
Al cumplir los 18 meses deben caminar de manera independiente, aunque se tambaleen. Además, tienden a señalar todo y ya empiezan a relacionarlo con palabras. Si tenéis la sensación de que algo en su desarrollo no es correcto, no dudéis en consultar con el o la pediatra. Algunos de los signos que os pueden llamar la atención son:
- No camina solo.
- No señala partes de su cuerpo ni objetos.
- No dice ninguna palabra con significado.
- No imita.
- No muestra interés por otros niños.
- No sube escalones gateando.
- Manipulación torpe y estereotipada.
- Ausencia de iniciativa para explorar, tocar, llegar a los sitios.
- No nombra objetos.
- No se reconoce en el espejo.
- No comprende indicaciones sencillas.