Desarrollo psicomotor y emocional

Todo lo que necesitáis saber sobre el recién nacido: sus cambios desde el nacimiento

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En cuestión de horas desde su nacimiento, observaréis cómo vuestro recién nacido va cambiando. Su cuerpo, sus movimientos y sus sentidos se irán despertando poco a poco y adaptándose a su nueva vida fuera del útero.  

Un bebé recién nacido: características normales

La postura del recién nacido es simétrica y bastante rígida. Mantiene en cierta manera la flexión y posiciones fetales del interior del útero.

Cuando está boca arriba, la cabeza mira al frente y los brazos y las piernas están flexionados sobre el cuerpo, de modo que los talones no tocan la cama. Los movimientos normales en el bebé son bruscos, involuntarios y no coordinados.

Boca abajo, las rodillas quedan dobladas bajo su abdomen. Solamente es capaz de levantar la cabeza lo justo para girarla de lado a lado. Si le levantáis tirándole de los brazos, la cabeza le cuelga, y mantiene brazos y piernas flexionados.

Los reflejos del bebé: cómo aprender a identificarlos

Otra de las características normales que observaréis en el bebé recién nacido es que tiene curiosos reflejos que se explorarán en las primeras revisiones pediátricas para comprobar la normalidad y correcta evolución del sistema nervioso. 

  • EL REFLEJO DE BÚSQUEDA

    También llamado reflejo de los puntos cardinales, cuando algo toca la comisura de la boca del bebé, éste vuelve la cabeza y abre la boca buscando en la dirección del estímulo (o en la del punto cardinal en que se la ha tocado). Esto le sirve para iniciar las tomas y, como todos los reflejos, es un movimiento involuntario.
  • EL REFLEJO DE SUCCIÓN

    Ante un contacto en su paladar, reacciona succionando. Este reflejo no madura completamente hasta las 36 semanas de embarazo, lo cual explica las dificultades que los prematuros pueden tener para succionar vigorosa y eficazmente.
  • EL REFLEJO DE MORO

    Este reflejo es normal durante los tres o cuatro primeros meses y se llama así en honor a su descubridor, el pediatra Ernst Moro. También se conoce como reflejo de sobresalto, porque es así como se provoca. En las revisiones pediátricas se suele explorar dejándole caer bruscamente la cabeza hacia atrás, lo que hace que el bebé abra los brazos y piernas, luego llore y finalmente retorne sus extremidades a su posición original. Este reflejo también lo puede desencadenar un sonido, incluido el propio llanto del bebé.
  • EL REFLEJO TÓNICO DEL CUELLO

    Hasta los cinco o seis meses, al girar su cabeza hacia un lado, el brazo de ese lado se estira y el otro se dobla por el codo, adoptando lo que los pediatras llaman posición de esgrima.
  • EL REFLEJO DE PRENSIÓN

    Al rozar la palma de su mano, los dedos del bebé se cierran fuertemente. En los bebés prematuros es tan enérgico que les permite mantenerse en el aire colgando del dedo del explorador. Dura como máximo hasta los cuatro meses del bebé.
  • LA MARCHA AUTOMÁTICA

    Hasta el primer o segundo mes, es posible lograr que dé unos pasos cuando le sostenéis con los pies apoyados en una superficie plana.

Los seis sentidos del bebé recién nacido

El bebé nace con los seis sentidos y es capaz de reaccionar al dolor, al calor, al frío e incluso de distinguir sonidos, olores y sabores.

La vista

Los ojos se empiezan a desarrollar cuatro semanas después de la fecundación y, a los cuatro meses de embarazo, ya son sensibles a la luz.

Al nacer, el bebé es capaz de ver la luz y distinguir los colores, percibiendo contrastes, movimientos y cambios bruscos de iluminación; se puede fijar en las caras y en objetos brillantes situados en su campo visual.

Enfoca bien lo que está a 20 o 30 cm de sus ojos, es decir, la distancia a la que normalmente se halla vuestra cara, la de sus padres cuando le tenéis en brazos.

El oído

El feto ya percibe sonidos dentro del útero, y las madres le notáis dar patadas o moverse al oír ruidos fuertes. A las pocas horas de vida, la frecuencia cardiaca de bebé recién nacido se acelera cuanto más intenso es un sonido. Presta especial atención a la voz humana y, según algunos estudios, parece preferir los tonos agudos de la voz femenina a los graves propios de los varones.

Durante las primeras semanas, el recién nacido puede reaccionar ante los ruidos con un sobresalto muy aparatoso y poniéndose a llorar (reflejo de Moro) o con un cambio de actividad casi imperceptible, parpadeando, o dejando de chupar o de respirar por un momento.

El olfato

Desde el primer día de vida, el bebé reacciona ante los olores. Es capaz de reconocer vuestro olor, el de su madre, hasta el punto de que al sexto día puede reconocer vuestro pecho entre el de otras mujeres precisamente por el olor.

El gusto

Este sentido está poco desarrollado al nacer, pero madura muy rápidamente. De este modo, a los 15 días de vida, el bebé recién nacido ya podría mostrar sus preferencias, rechazando con muecas y movimientos de extrusión de la lengua los sabores ácidos y salados, y reaccionando positivamente ante los sabores dulces, chupándose los labios.

El tacto

Es el primer sentido que se desarrolla. La piel que rodea la boca es sensible a las ocho semanas de embarazo y, sobre las 20 semanas, ya lo es la de todo el cuerpo.

El bebé recién nacido es muy sensible a la forma en que se le toca y manipula, y el contacto físico es la forma más precoz y primitiva de comunicación, así como un elemento crítico en la vinculación afectiva con el bebé.

La propiocepción

Además de los cinco sentidos habituales que conocéis, en realidad se deberían ampliar al menos en uno más. La propiocepción es la información que recibe el bebé sobre su propio cuerpo, incluida sus partes. Es la única manera de desarrollar habilidades como la coordinación y el control de la fuerza ejercida. 

Este sentido comienza a funcionar en la etapa uterina, pero se va a ir activando poco a poco a través del movimiento y la interacción con el entorno. 

Es normal que, como padres primerizos, tengáis dudas acerca de las características del bebé y los cambios que debéis esperar durante su desarrollo, sobre todo en los primeros meses de vida. Pese a que en un principio todos estos cambios puedan atemorizar, lo habitual es familiarizarse con la evolución del más pequeño, y siempre que haya dudas se debe consultar al pediatra.

Si te interesa saber las claves para disfrutar de tu embarazo mes a mes y conocer cada etapa de desarrollo de tu bebé.

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