Crianza

Las rabietas: todo lo que necesitáis saber

3 min.

Las rabietas en niñas y niños pequeños son comportamientos naturales durante su desarrollo aunque resulten frustrantes y desesperantes para sus cuidadores.

Estos desbordes emocionales, conocidos también como pataletas o berrinches, son como una ola incontrolable de sentimientos que inunda el cerebro de vuestros hijos. Como adultos, lo único que podéis hacer es ofrecer recursos para que la ola pase con todo el amor del mundo, ya que es una ola imparable y descontrolada.

Las rabietas, con la rabia como emoción principal, son totalmente normales. Aparecen de forma más evidente alrededor de los dos años, aunque pueden iniciarse hacia los siete u ocho meses de vida y extenderse más allá de los dos años.

Cuáles son las causas de las rabietas

Las rabietas infantiles pueden estar causadas por causas simples como el cansancio, hambre o sueño, pero también por otros sentimientos más complejos como la frustración, el disgusto, la confusión o el miedo. A través del berrinche, el niño o niña se está rebelando contra la autoridad del adulto y reclamando su individualidad.

Las funciones principales de las rabietas son:

  • Les permiten diferenciarse del entorno y pueden empezar a identificarse como seres independientes
  • A través del llanto, los gritos y los golpes, realizan una descarga emocional.
  • Alteran el entorno para reclamar algo, como puede ser atención. 
  • Afianzan su personalidad.
  • Exploran y aprenden donde están los límites.
Madre consuela a su hija que llora

Cómo debéis actuar ante las rabietas

No existe una fórmula mágica que explique cómo actuar ante las rabietas. Sin embargo, sí podéis seguir unos consejos que os ayudarán a no perder el control ante estos desbordes y a que todos, adultos y niños, logréis un aprendizaje, incluso de los berrinches.

  1. Recordar que es su desborde emocional, no el vuestro. Como adultos tenéis herramientas para gestionar vuestras emociones y es importante mantener la calma. Debéis tener en cuenta que es el niño quién necesita vuestra ayuda como ejemplo para, poco a poco, ir integrando mecanismos de autogestión emocional.
  2. Ponerse a su nivel.  Agachaos o sentaos delante de vuestro hijo para establecer contacto visual horizontal y poder hablarle con asertividad y en confianza.
  3. Si está muy nervioso o nerviosa, debéis esperar a que pase esa intensidad y no intentar razonar hasta que se haya calmado. Podéis pactar de antemano técnicas de relajación para momentos así, o simplemente ofrecerles un abrazo.
  4. Validar sus emociones. Podéis usar frases como: “veo que estás enfadada”, “veo que lo que te he dicho no te ha gustado”, “entiendo que quieres otra galleta y la abuela ha dicho que no”. En definitiva, reconocer y poner palabras a sus emociones, generar empatía con lo que le sucede al niño, aunque no os guste, o como adulto os resulte incomprensible.  
  5. Contener sus posibles acciones dañinas. Es importante ofrecer un espacio seguro donde no puedan lastimarse o alternativas para que puedan expresar aquello que les ha disgustado y les ha generado la rabieta:
    • “Si necesitas gritar podemos salir fuera”.
    • “Esto no está hecho para que lo tires. Te ofrezco tirar cosas blandas (cojines, peluches, pelotas…)”.
    • “No me gusta que pegues a otras personas, les haces daño. Puedes hacerlo en este cojín, sofá, etc.”.
  6. Los límites son importantes. En ocasiones el desborde llega por la falta de límites, o la rabieta adquiere dimensiones que pueden rebasar estos límites. No debéis ceder ante estos episodios, si atañe a una decisión tomada previamente. Por eso es recomendable el diálogo, la participación de toda la familia en la toma de decisiones (en la medida de lo posible), llegar a acuerdos y respetarlos.

Es importante entender que el niño está en época de desarrollo, por tanto, tiene dificultades para entender lo que le pasa. Vosotros y vosotras, padres y madres, le acompañaréis en su momento de malestar. 

Si te interesa saber las claves para disfrutar de tu embarazo mes a mes y conocer cada etapa de desarrollo de tu bebé.

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