Desarrollo psicomotor y emocional

Desarrollo psicomotor y emocional: el bebé entre 24 y 36 meses

5 min.

En la etapa que va de los dos a los tres años, el bebé definitivamente deja de serlo para convertirse en un niño o una niña pequeños. 

En estos 12 meses, veréis como el bebé será capaz de correr con agilidad, saltar con los pies juntos, bajar y subir escaleras alternando los pies, pedalear en un triciclo, enroscar y desenroscar tapas, utilizar los cubiertos, coger el lápiz y copiar un círculo y una cruz, decir su nombre, contar hasta 10, conocer los colores, construir frases de tres palabras y empezar a concentrarse en alguna actividad al menos treinta minutos. 

Se separará de sus padres con menos dificultad, empezará a distinguir la realidad de la fantasía, a comprender las consecuencias de sus acciones y a compararse con otros niños y niñas de su edad. 

Se hacen mayores, ¿cómo quitarle el pañal y el biberón?

En estos meses diréis adiós a la etapa bebé, porque la maduración le permite prescindir de algunos elementos que durante los meses anteriores han sido necesarios, como por ejemplo el pañal y las tetinas. 

El pañal

El control de esfínteres diurno suele producirse entre los 2 y los 3 años, a una edad variable en función de cada niño. Existen diferentes técnicas para llevar a cabo esta retirada, pero lo más importante es esperar a que esté preparado para el momento. Tanto su desarrollo motor como el cognitivo debe mostrar interés y estar prevenido a dejar el pañal.

En algunos bebés, la retirada del pañal nocturno se podrá hacer prácticamente a la misma vez que el pañal diurno. Sin embargo, en un porcentaje importante, la maduración nocturna se producirá más tarde (a veces, años después). 

Las tetinas: chupete y biberón

Si no lo habéis hecho hasta el momento, a los 2 años es necesario retirar tetinas como el chupete o el biberón. Mantener las tetinas se asocia a deformidad de las estructuras de la boca y de la mordida, y puede acabar teniendo consecuencias en las funciones orales, la estética bucal y en el lenguaje.

A diferencia del control de esfínteres, en el que es imprescindible la maduración del niño, con el chupete no notaréis ese momento. De hecho, es muy habitual que en estas edades sea más complicado que dejen por sí mismos de usarlo. Habladlo con el niño o niña, planificad una fecha y buscad un ritual o una forma de hacerlo que le pueda motivar. Suele ser menos duro de lo que a priori parece: los bebés a esta edad pueden tener mucho carácter, pero también ser muy generosos en sus concesiones. 

Cómo destetar a un niño de dos años

Las recomendaciones sobre la salud infantil indican que los niños deberían ser amamantados al menos hasta los dos años de edad. Esto no significa que sea la edad del destete, ya que biológicamente es normal que suceda mucho más tarde. Pero muchas madres deciden que ha llegado el momento de quitarle el pecho.

Es probable que, si no es decisión del niño o de la niña, le cueste aceptarlo. Pero si lo hacéis de manera progresiva y sustituyendo los momentos de contacto y vínculo que os proporcionaba la lactancia materna por ratos de juegos y abrazos, poco a poco lograréis dejar esa etapa atrás. 

Qué hace un niño de dos años

Como su autonomía y su desarrollo motor son cada vez más importantes, es posible que empecéis a dejar el cochecito en casa. Pero todavía pueden seguir cansándose en trayectos más largos, y reclamen los brazos para continuar. A esta edad es de gran utilidad un portabebé de fácil uso, así no lleváis el carrito vacío y tenéis una gran ayuda para los momentos en el que no quieran seguir caminando.

La comunicación de los niños de dos a tres años debe ser cada vez más clara. A los tres años, los padres y las madres deberíais entender la mayoría de las frases que realiza vuestro hijo. Aunque sigue siendo normal si al resto de personas, que no están acostumbradas a hablar con el niño diariamente, todavía les resulten ininteligibles algunas palabras. Pero, con más o menos claridad al expresarse, si tenéis un niño de dos años que no habla, y por supuesto si se acerca a los tres años y sigue igual, debéis consultar con el pediatra. 

Los niños de dos años, ¿una edad difícil?

En el camino al autoconocimiento y la autoafirmación, es muy frecuente que se den las rabietas y las pataletas. Suelen ser parte de un momento evolutivo y, en la mayoría de los casos, mejoran con la edad

Muchas veces sabréis qué situaciones pueden desencadenar una rabieta, y en estos casos el mejor consejo es intentar prevenirlas. Por ejemplo, si pasáis por un parque en el que seguro que va a querer entrar, podéis intentar ir por otro camino cercano y no pasar justo por ahí. Si ya se ha desencadenado la rabieta, intentad no perder los nervios y no tomarlo como algo personal. Tras la tormenta, vuestro hijo os irá a buscar y necesitará vuestro afecto. En otro momento, podréis hablar de lo ocurrido para intentar poner palabras a los sentimientos que ha tenido. 

En ocasiones os podrá parecer que está poniendo a prueba vuestros límites, pero lo cierto es que es algo habitual en esta edad. Recordad que para corregir a un niño de dos años, además de no gritar ni perder el control, debéis hacerlo de forma positiva, con flexibilidad, evitando las tentaciones (prevención) y permitiéndole llevar el control de pequeñas cosas.

Otros cambios característicos durante esta etapa

De los 2 a los 3 años suele haber muchos cambios en la vida de los niños. Muchos se incorporan a la escuela infantil en esta edad y otros, por ejemplo, verán cómo llega un nuevo hermano o hermana.

Los cambios necesitan de vuestra paciencia y comprensión, que os adaptéis a su capacidad cognitiva y tengáis en cuenta que, aunque los niños y niñas sean cada vez más autónomos, siguen siendo dependientes y vulnerables. 

Cómo estimular a un niño de dos años

En la etapa de los dos a los tres años, los niños empezarán a querer tener compañeros de juegos y se iniciarán los juegos colectivos, sobre todo si se han incorporado a la escuela infantil o los lleváis de paseo o al parque. Aun así, durante esta etapa, la cooperación con sus iguales será todavía difícil. También empezarán a dedicar tiempo a la imaginación.

Serán hábiles con las manos y les interesará la movilidad, también los juegos que impliquen la actividad artística y la representación o imitación de situaciones cotidianas, algo que podréis comprobar fácilmente, ya que a esta edad os seguirán a todas partes e imitarán todo lo que hacéis. Por tanto, les pueden entretener juguetes de imitación simbólica (cocinas, granjas, vehículos…), juguetes que representen oficios, muñecos con accesorios, casitas con habitáculos, disfraces, puzzles, encajables, cuentos, plastilina, patines, bicicletas… 

Pese al notable crecimiento y maduración del bebé, como padres y madres o cuidadores, es importante que enfoquéis el juego como diversión y no con grandes objetivos de estimulación, pues sus neuronas ya se estimularán ante esas actividades que empiezan a ser compartidas con vosotros y sus iguales.

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