La introducción de la alimentación complementaria a partir de los 6 meses del bebé suele parecer un reto para las familias. Sin embargo, en la mayoría de los casos, es una transición sencilla en la que la curiosidad de los bebés se combina con la oferta diversa de alimentos que le iréis dando a probar.
Para saber cuáles son los alimentos más nutritivos para los niños y cuál es la dieta más saludable para ellos, basta con seguir las siguientes recomendaciones.
¿Qué ocurre a partir de los 12 meses?
Si todo va bien, el bebé va a cumplir su primer año comiendo prácticamente de todo e incorporándose a las rutinas familiares en las comidas.
A partir de los 12 meses, si el bebé no lo ha hecho desde el inicio de la alimentación complementaria, comerá sin problema alimentos sólidos (sin triturar), será más eficiente y su menú no tendrá por qué ser muy diferente del vuestro.
En torno al primer año de vida, el crecimiento de los niños se ralentiza, eso hace que paradójicamente, aunque sean más mayores, puedan comer raciones un poco más pequeñas que las que comían unas semanas antes. Por otro lado, su desarrollo cognitivo les hace ser más conscientes del entorno, de sus gustos y también de su capacidad de decisión. Por eso, es posible que empiecen a rechazar alimentos que antes comían sin problemas. Esto no suele ser porque ese alimento en cuestión no les guste, sino que forma parte de su nuevo repertorio de comportamientos.
Lista de alimentos que no pueden faltar en su dieta
En realidad, para alimentar a los niños entre el año y los tres años, no debéis introducir demasiadas diferencias respecto a los meses anteriores al año. Se recomienda un esquema de 4 comidas principales, con algunos tentempiés entre medio si fuera necesario, priorizando siempre opciones saludables y nutritivas.
- FRUTAS Y VEGETALES
Los principales grupos de alimentos esenciales para niños serán las frutas y los vegetales. La forma más apropiada de ofrecer la fruta es entera, para que conserve todas sus propiedades, principalmente la fibra. La fibra ayuda a mantener el control glucémico, a evitar el estreñimiento y a nivelar los periodos de saciedad.
Algunas frutas y verduras, por su dureza y forma, tienen más riesgo de provocar atragantamiento en los niños más pequeños. Así, debéis tener en cuenta que al menos hasta los 2-3 años de edad, las manzanas y las zanahorias no deben ofrecerse enteras o crudas. En cuanto a las uvas, las cerezas o los tomates cherry, por su forma pequeña y redondeada, deberíais ofrecerlas cortadas en cuatro partes.
Las proteínas también son esenciales, ya que ayudan al correcto desarrollo de los huesos, músculos, órganos y piel, además de aportar energía. Debéis ofrecer proteína tanto de origen animal (carnes, pescados y huevos), como vegetal (legumbres, soja, semillas, frutos secos…).
En cuanto a los frutos secos y las semillas, estos no deberían ofrecerse enteros hasta al menos los 5 años de edad. Pero deben formar parte de la dieta de niños y niñas, en cremas o triturados, desde el inicio de la alimentación complementaria.
- LÁCTEOS
Los lácteos siguen siendo una fuente de alimentos importante, tanto si el niño o niña mantiene lactancia materna como si se ha introducido la leche de vaca. Los lácteos proporcionan proteínas de alta calidad biológica y otras sustancias importantes como el calcio o vitamina A y D.
Algunos consejos para mejorar los hábitos alimenticios en los niños de 1 a 3 años
Los aspectos sociales relacionados con la alimentación también son muy importantes. Los niños deben implicarse en las rutinas relacionadas con la comida de forma adaptada a su edad: tanto en la compra como en la preparación de los alimentos, así como al poner y quitar la mesa, participando de las conversaciones que tienen lugar mientras se comparte una comida, etc.
Por último, cabe recordar que la mayoría de niñas y niños funcionan por imitación y terminan comiendo como sus padres y madres. Como cuidadores, seréis el espejo en el que los niños se miran, de forma que vuestros hábitos alimentarios van a influir en los suyos.
Alimentación para niños de 1 a 3 años, ¿qué no pueden comer?
Aunque a partir de los seis meses, los niños y niñas ya pueden comer prácticamente de todo, todavía debéis restringir o evitar algunos alimentos.
- Las palomitas de maíz por su alto riesgo de atragantamiento.
- Pescado azul de gran tamaño, por su alto contenido en mercurio. Se recomienda no ofrecer tiburón, pez espada o tiburón, atún rojo y lucio hasta, al menos, los 10 años de edad.
- Las verduras de hoja verde (espinacas y acelgas) deben tomarse con moderación por su alto contenido en nitratos.La borraja no debería ofrecerse antes de los 3 años de edad.
- Tampoco se recomienda que coman crustáceos, así como chupar las cabezas de gambas, langostinos y gambones por su alto contenido en cadmio .
Qué hacer si el niño no come
Este fenómeno que tanto preocupa a padres y madres empieza a manifestarse en niños entre 1 y 3 años. Tiene que ver con cuestiones relacionadas con aspectos madurativos y del crecimiento, como la ralentización del crecimiento físico o la expresión de preferencias y carácter. Al ampliar las opciones de alimentos, desafortunadamente en ocasiones también se introducen otro tipo de productos que desplazan a los alimentos de calidad, por ejemplo, los procesados o platos ricos en azúcares y grasas inadecuadas. La influencia social y la publicidad tienen un peso específico considerable y, a estas edades, es habitual que los niños rechacen nuevos alimentos o nuevas formas de cocinarlos.
El mejor consejo es que no desistáis, volved a intentarlo más adelante. En ocasiones, puede ser necesario ofrecer un alimento múltiples veces hasta que el niño se anime a probarlo.
Las expectativas que tenéis madres y padres en cuanto a la alimentación de vuestros hijos también influyen. En muchas familias, pretendéis que los niños coman a cualquier precio y eso origina, a veces, malas elecciones en los productos que les ofrecéis o en los horarios a los que se ofrece el alimento. Por tanto, otra de vuestras labores esenciales como progenitores es ofrecer alimentos de calidad y en un contexto ordenado y regular.
Salvo en casos concretos, dejaréis que el niño regule las cantidades de alimento que toma. Es decir, los adultos se encargan de la calidad y ellos, de la cantidad.
En casos patológicos de niños con desnutrición o evidente desequilibrio en la alimentación, serán los pediatras quienes se encarguen de ofreceros las mejores pautas.