Quizás en sus primeros meses de vida vuestro bebé solía quedarse tranquilo cuando os ibais y estaba feliz en brazos o en compañía de personas que no conocía. Pero de repente, no quiere separarse de vosotros y llora si no estáis, aunque os haya perdido de vista por poco tiempo. Este fenómeno se conoce como angustia o ansiedad por separación.
La ansiedad por la separación es común en los niños pequeños y se considera una parte normal del desarrollo de vuestro bebé. Es una señal de que vuestro bebé se da cuenta de lo dependiente que es de vosotros y vuestros cuidados. Por lo general, desaparece con el paso de los años.
Cuándo aparece la angustia o ansiedad por separación
El bebé nace con la creencia de que su madre y él son la misma persona. No es hasta unos meses después cuando va adquiriendo la noción de tener su propia identidad. Además, en los primeros meses de vida todavía no ha desarrollado el sentido de permanencia (cuando el bebé toma conciencia de que los objetos existen aunque no los pueda ver). No es hasta los siete o nueve meses que un gran porcentaje de bebés lloran al separarse de alguno de vosotros.
Es a partir de esa edad cuando vuestro bebé puede experimentar reacciones de protesta y ansiedad ante la separación, así como mostrar alegría y calma ante el reencuentro. Esto se ocasiona principalmente por varios motivos:
- El bebé comienza a mostrar signos de autorreconocimiento, por tanto, se inicia el proceso de adquisición de conciencia del yo personal.
- Es capaz de distinguir entre varias figuras de apego y establecer jerarquías y preferencias entre ellas.
- A esta edad todavía no comprende el concepto de tiempo y no sabe si vais a volver o si os habéis ido para siempre, lo que les genera un miedo atroz que expresan a través del llanto.
Qué hacer en estos casos: consejos y recomendaciones
En casos de ansiedad por separación, estos consejos os serán útiles para que el bebé se vaya adaptando, poco a poco, a la nueva situación.
- Conviene empezar por intervalos breves de separación. Gradualmente, aumentad el tiempo de vuestra ausencia.
- Despediros siempre de vuestro bebé y explicadle cuándo volveréis y qué haréis cuando volváis.
- Despedida corta y positiva. No alargarla en exceso y sobre todo que el niño o niña no os vea nerviosos o tristes.
- Dejadles un objeto con el que os identifique (por ejemplo, un pañuelo con vuestro olor) o si les dejáis fuera de casa, que se lleve su juguete favorito. Esto puede tranquilizarle mientras no estáis.
- En el reencuentro, mostraros atentos y dadle muchos mimos y afecto. Agradecerá que después del tiempo separados, tengáis tiempo en exclusiva para él.
- El sentido de permanencia hay que entrenarlo para que entienda que, aunque no os vean, seguís existiendo. Hay juegos apropiados para ello, como el cucú-trás o el escondite.
Es importante que sepáis que la angustia por separación no es un retroceso, sino que es un avance. No os dejéis intimidar por los posibles comentarios de vuestro entorno cercano, ya que no estáis haciendo nada malo. Vuestro bebé no os toma el pelo, sino que está desarrollando su propio sistema de alarma, comprendiendo que con vosotros no corre ningún peligro. Por eso cuando no estáis, hará todo lo posible para garantizar su seguridad. Por suerte, se trata de una etapa pasajera y de aprendizaje dentro del desarrollo sano de vuestro bebé.