A pesar de lo que se pueda pensar, conseguir un embarazo no es tan fácil como parece y en cada relación sexual hay un 25% de posibilidades de concepción.
A pesar de que hay algunas parejas que lo consiguen a la primera, es lo menos habitual y desde el momento en que decidís tener un bebé hasta que lo conseguís, lo normal es que pasen varios meses. La espera os puede generar dudas y frustración.
¿Cuánto tiempo se tarda en conseguir un embarazo?
El 85% de las parejas conciben de forma natural al cabo de un año manteniendo relaciones sexuales sin protección. Solamente el 30% lo logra en el primer intento, por lo que no es motivo de preocupación si tardáis varios ciclos en lograr el positivo.
Por norma general se recomienda que, junto a la pareja, consultéis con un profesional sanitario si el embarazo no se consigue tras un año de relaciones sexuales regulares sin protección. En el caso de las mujeres, si sois mayores de 35 años, es aconsejable ir al médico a los seis meses. Si, tanto el hombre como la mujer, tenéis algún antecedente relacionado con la fertilidad, también está indicado realizar un estudio básico si en seis meses no se ha logrado el embarazo.
Esterilidad e infertilidad, ¿es lo mismo?
La esterilidad hace referencia a la incapacidad de la pareja para concebir un embarazo. Por su parte, la infertilidad es la incapacidad para llevar a término un embarazo, es decir, se produce la fecundación y, por tanto, puede haber una prueba de embarazo positivo, pero se produce un aborto espontáneo.
Por qué no logramos el embarazo
Existen muchas causas que pueden retrasar o impedir un embarazo. Algunas de ellas pueden mejorarse o tratarse como, por ejemplo, en el caso de la obesidad o ciertos trastornos hormonales. Otras no son modificables y, por tanto, habrá que contemplar la opción de recurrir a técnicas de reproducción asistida para conseguir el embarazo.
Una de las causas a la hora de retrasar o impedir un embarazo suele ser la avanzada edad. La probabilidad de concebir de las mujeres disminuye progresivamente con la edad, convirtiéndose en un factor determinante a partir de los 35 años y, sobre todo, más allá de los 40. En mujeres sanas y fértiles de 30 años hay una probabilidad del 20% de quedar embarazada; sin embargo, a los 40 años, la probabilidad desciende al 5% por ciclo. En el caso de la edad del padre, estar por encima de los 50 años también puede dificultar la concepción.
En las parejas, la infertilidad femenina se da en el 30% de los casos; en otro 30% de las veces, la causa es exclusivamente masculina y en un 30%, se da en el caso de ambos miembros de la pareja. El 10% restante corresponde a una infertilidad de origen desconocido. Por eso, es recomendable hacerse un estudio médico si después de doce meses intentándolo no lográis el tan deseado embarazo (seis meses en aquellos casos en los que la mujer es mayor de 35 años o hay algún antecedente en la pareja relacionado con la fertilidad).
Causas de la infertilidad femenina y masculina
Entre las causas más comunes de infertilidad femenina están el síndrome de ovario poliquístico, la endometriosis, alteraciones del ciclo menstrual (ciclos muy cortos o muy largos en los que no se produce ovulación), trastornos hormonales (por ejemplo, del tiroides) o problemas anatómicos del útero o de las trompas de Falopio (por ejemplo, cuando una o ambas trompas están obstruidas y no permiten el paso del ovocito hacia el útero).
Entre las causas masculinas, existen alteraciones en la producción del semen (por ejemplo, que haya pocos espermatozoides o que tengan poca movilidad), alteraciones anatómicas de los testículos o de los conductos que permiten la salida del semen hacia el exterior o antecedentes de alguna infección como las paperas.
Por otro lado, hay causas frecuentes de infertilidad que pueden afectar a ambos miembros de la pareja como el tabaquismo, el estrés, la obesidad o los déficits nutricionales. Por tanto, también es conveniente saber cómo prepararse física y mentalmente para el embarazo.
Si sois conscientes de que padecéis alguna de estas enfermedades (ovario poliquístico, endometriosis, alteraciones en la producción del semen, etc.) es recomendable solicitar una visita preconcepcional lo antes posible con un especialista, para poder iniciar así la búsqueda con las máximas garantías.
En cuanto al estrés que puede provocar la búsqueda de un embarazo, no hay estudios concluyentes que determinen que cause infertilidad. Aunque asumir que es posible que tarde en llegar el positivo (sin que exista ningún problema) y afrontar el proceso de búsqueda con tranquilidad, seguro que os ayuda a vivir esta experiencia sin agobios y disfrutando de las relaciones sexuales.