La fiebre es un aumento temporal de la temperatura corporal que generalmente está provocada por una infección por virus o bacterias. Es una respuesta fisiológica que el cuerpo tiene para activar las defensas y combatir la infección de manera natural. La fiebre indica la presencia de una enfermedad, pero no es una enfermedad en sí misma.
Aunque la causa más frecuente de la fiebre en los bebés y niños son las infecciones, podéis encontrar fiebre en otras situaciones como procesos inflamatorios o una reacción benigna a las vacunas.
Cuál es la temperatura normal en niños
La temperatura corporal fluctúa ligeramente entre 36 ºC y 36,5 ºC según la actividad física y la hora del día, siendo siempre más alta al atardecer, aunque esta variación es menos acentuada en los bebés y niños.
La temperatura rectal es aproximadamente medio grado más alta que la axilar y puede aumentar hasta un grado más si el niño está llorando. A efectos prácticos, puede considerarse que existe fiebre leve o febrícula en los niños cuando la temperatura a es superior a 37,5 ºC en la axila o 38 ºC en el recto.
Cómo detectar la fiebre
Con la fiebre también suele enrojecerse la piel de las mejillas y aumentar la frecuencia cardiaca y respiratoria. Podéis detectar la fiebre al tocar al bebé o niño y comprobar la temperatura de su piel aunque este es un método poco fiable.
La determinación de la fiebre en niños debe realizarse con un termómetro. Existen diferentes dispositivos en el mercado con ese fin. Los más utilizados son los digitales, pero probablemente los más precisos son los de galinstano, un metal líquido que es el sustituto del mercurio, retirado por su toxicidad.
Cómo quitar la fiebre a un niño
Aunque os pueda parecer que debéis quitar rápidamente la fiebre al niño o bebé, lo cierto es que no os debéis obsesionar con bajar la fiebre. Este aumento de la temperatura corporal cumple una función y vuestro objetivo principal será tratar la fiebre para que el niño esté más confortable. Para ello, os recomendamos usar las siguientes medidas físicas:
- No abrigarle ni desabrigarle en exceso.
- Podéis bañarle con agua tibia, nunca fría.
- No le deis friegas con alcohol ni otros productos.
- Podéis ofrecerle líquidos para mantener la hidratación. El aumento de temperatura incrementa la transpiración y por eso es importante que esté hidratado.
Si la fiebre persiste y el niño o la niña se encuentra decaído, podéis administrarle antitérmicos, principalmente paracetamol e ibuprofeno (este último a partir de los 6 meses). Debéis seguir la pauta que os indique el pediatra o la pediatra, calculada en función de su peso. En general, no se recomienda alternar los antitérmicos.
Qué hacer si vuestro hijo tiene fiebre, ¿cuándo debéis llevarle al médico?
La fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma. Siempre debéis considerar el estado general más allá de la presencia de fiebre y el nivel de temperatura, ya que no hay correlación entre estos datos y la severidad de la enfermedad que causa la fiebre en niños.
Los motivos por los que deberíais consultar de forma urgente son:
- El bebé tiene una fiebre muy alta (39 ºC o más).
- La fiebre dura más de 3 días.
- El bebé está muy decaído.
- Presenta dolor de cabeza intenso o vómitos repetidos.
- Tiene dificultad para respirar.
- Detectáis una presencia de manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar (petequias).