Aunque en la mayoría de los partos no hay incidencias destacables, siempre es buena idea conocer qué problemas médicos son los más frecuentes en el recién nacido para que podamos estar preparados.
La mayor parte de problemas de los recién nacidos son los derivados de la prematuridad y el bajo peso, aunque también hay otros.
Sospecha de infección en el bebé
Las infecciones del recién nacido tienen dos características importantes: pueden ser rápidamente severas y sus signos iniciales son a veces muy sutiles. La mayoría de estas infecciones en el recién nacido tienen relación con infecciones maternas. Ante una sospecha de infección en el recién nacido, se realizan exploraciones complementarias y cultivos. Además, se inicia tratamiento antibiótico endovenoso preventivo.
Qué es el estreptococo del grupo B
El estreptococo del grupo B es una bacteria que habita en la vagina o el intestino de un 20-30% de mujeres y hombres sanos sin causar problemas.
Las personas que estéis colonizadas por este germen no tienen síntomas, pero el bebé puede colonizarse con este germen al pasar por el canal del parto y desarrollar una infección potencialmente grave. Esta bacteria es la principal responsable de las septicemias y meningitis en los recién nacidos. Si durante el parto se administran antibióticos a la madre portadora, se evita la infección en casi la totalidad de casos.
Ictericia en el bebé
La ictericia es el color amarillo que adoptan la piel y las mucosas del bebé (el interior de la boca y la conjuntiva del ojo) por la cantidad de bilirrubina que circula en la sangre. Las causas de la ictericia están relacionadas con un gran número de glóbulos rojos (hematíes) en el recién nacido y con la inmadurez del hígado para asimilar y transformar la bilirrubina.
Esta inmadurez es habitual y por eso muchos recién nacidos tienen cierto grado de ictericia. Si no supera determinados niveles, se denomina ictericia fisiológica y se resuelve en los primeros días de vida (a veces es más duradera en el caso de bebés alimentados con lactancia materna).
Cuando los niveles de bilirrubina superan ciertas cifras es necesario que se trate la ictericia a través de fototerapia. La fototerapia usa la energía de la luz para reducir los niveles alterados de bilirrubina a niveles normales a través de la fotooxidación. Si no se trata, este pigmento puede acumularse a nivel cerebral y ocasionar problemas. Los bebés prematuros o en los que hay una incompatibilidad sanguínea entre vosotras, las madres, y el bebé, tienen más probabilidad de tener una ictericia más severa.
Pulmón húmedo
Entre el 1% y el 2% de los recién nacidos padecen este trastorno llamado taquipnea transitoria del recién nacido (TTRN). Aunque hay otros factores de riesgo que lo favorecen, el más importante es haber nacido por cesárea sin trabajo de parto previo.
Los síntomas se inician al poco tiempo de nacer: el bebé respira de forma muy superficial y rápida (por encima de 60 respiraciones por minuto), haciendo una especie de gemido o queja y esforzándose tanto para obtener aire que las alas de la nariz se le dilatan y las costillas se le hunden con cada respiración. La presencia de pulmón húmedo puede precisar diferentes tratamientos como calor (incubadora) u oxigenoterapia, por lo cual, es habitual que necesite ingreso en la Unidad Neonatal.
Dilatación de la pelvis renal
Los principales diagnósticos asociados a la ectasia piélica, la dilatación de una zona del riñón, son las obstrucciones de la vía urinaria y el reflujo vesicoureteral (la orina retrocede desde la vejiga por los uréteres hacia los riñones).
Ante un diagnóstico prenatal de dilatación de la pelvis renal, los profesionales hacen una ecografía tras el nacimiento del bebé, para corroborar la imagen y valorar la necesidad de otras exploraciones complementarias.
Criptorquidia
Los testículos se desarrollan en el interior de la cavidad abdominal del feto, descendiendo hasta las bolsas escrotales poco antes del nacimiento. Pero cuando uno o ambos testículos no alcanzan su destino y queda detenido en algún punto de su trayecto, se habla de criptorquidia.
Afecta al 2-3% de los recién nacidos varones, y el tratamiento recomendado es la cirugía antes de los dos años de edad.
Displasia de cadera
Algunos niños nacen con una luxación de cadera, es decir, con el extremo superior del fémur fuera de la cavidad de la pelvis en la que debería estar encajado. Pero son bastantes más los casos de recién nacidos que, al no tener esa cavidad tan bien formada como para contener el fémur, corren el riesgo de que se les salga durante los primeros meses de vida. Este fenómeno se conoce como displasia de cadera.
Aunque es más frecuente en niñas, tras los partos de nalgas y cuando algún miembro de la familia lo ha padecido antes, puede afectar a cualquier recién nacido. Es relativamente habitual y su diagnóstico precoz cambia radicalmente el pronóstico. Por eso a todos los bebés se les debe practicar durante los primeros días de vida una exploración dirigida a asegurar que la cabeza del fémur está en su sitio.
El tratamiento en bebés menores de seis meses con un arnés ortopédico, que mantiene la articulación del fémur en la cavidad de la cadera, suele funcionar muy bien. Cuando la cadera es inmadura o los signos de displasia son leves, bastará con que facilitéis la postura de las piernas en flexión, como por ejemplo con el porteo.