Alimentación

Cuidados de la madre durante la lactancia

6 min.

Cuando sois madres, muchas veces el cuidado de una misma pasa a un segundo plano. Pero es importante priorizar vuestro bienestar. Y es que, para poder cuidar de vuestro bebé es necesario que también os cuidéis vosotras. 

Qué comer durante la lactancia

Durante el postparto, las madres debéis cuidar especialmente vuestra alimentación y seguir una dieta equilibrada y saludable. En el caso de las madres lactantes, este consejo cobra especial relevancia. No es tanto por el bebé, que salvo en casos de madres con desnutrición severa, seguirá recibiendo una leche con todos los nutrientes necesarios independientemente de la dieta de la madre. Saber qué comer durante la lactancia os ayudará a sentiros mejor, con más energía y a favorecer que vuestra salud no se vea afectada negativamente. 

Existen mitos sobre la dieta de la madre lactante, como que puede provocar flatulencias en los bebés. Pero los gases se producen exclusivamente con la digestión de algunos alimentos en vuestro intestino y, desde luego, en ningún caso alcanzan la leche. Al igual que tampoco es cierto que para producir leche sea preciso tomarla. Una dieta sana durante la lactancia, al igual que en el embarazo, es todo lo que necesitáis para una nutrición adecuada y producir la leche que vuestro hijo o hija necesita.

Es posible que durante la lactancia sintáis más hambre, ya que estaréis gastando más calorías. Pero debéis procurar saciaros con alimentos saludables: hidratos de carbono complejos (fruta, verdura, cereales integrales…), proteínas (legumbres, huevos y carnes magras como el pollo, la ternera o el pescado), grasas saludables (aceite de oliva, frutos secos…) calcio (lácteos, tofu, sardinas, verduras de hoja verde…) y fibra (es muy conveniente para prevenir el estreñimiento). Además, probablemente la matrona os recete un suplemento vitamínico de yodo o hierro.

Precauciones con la dieta de una madre lactante

Es posible comer prácticamente de todo, pero también debéis tener en cuenta qué no comer durante la lactancia. 

  • No hay que forzar beber más agua si no tenéis sed. Estar bien hidratadas es importante, además probablemente sintáis más sed de la habitual durante las primeras semanas, pero tampoco os tenéis que obligar a beber más si no queréis.
  • No son necesarios suplementos multivitamínicos durante la lactancia materna. La matrona, o incluso el médico de atención primaria, solamente lo indicará en caso de que sea necesario.
  • Cabe la posibilidad que el bebé resulte alérgico a algún alimento que coma la madre especialmente la leche de vaca. Ante cualquier síntoma del bebé, como vómitos o malestar, el pediatra puede recomendar retirar dicho alimento temporalmente de vuestra dieta.

Beber alcohol y fumar durante la lactancia

Otro mito frecuente es que la ingesta de cerveza aumenta la producción de leche materna. Esto no es cierto, y además la cerveza con alcohol puede ser muy perjudicial para el bebé. El alcohol debe evitarse completamente durante el embarazo y la lactancia puesto que pasa a través de la leche materna en concentraciones similares a las del torrente sanguíneo. Puede causar sedación, irritabilidad y retraso psicomotor en el bebé. 

El tabaco es otra sustancia perjudicial para la salud, tanto para vosotras como para vuestros bebés. Además de los niveles de nicotina y otros metales pesados hallados en la leche de madres fumadoras, el tabaco puede disminuir la producción de leche. Pero el mayor problema para la salud del lactante es el humo que le hagáis respirar. Dado que fumar durante la lactancia perjudica vuestra salud y también puede dañar la de vuestro hijo, conviene dejarlo cuanto antes, preferentemente antes del embarazo.

Pese a estas contraindicaciones, si decidís seguir fumando, es preferible continuar con la lactancia materna. Eso sí, se recomienda que esperéis a fumar después de las tomas y por supuesto que no expongáis a bebés, niños y niñas, ni al humo ni a las zonas en las que se haya fumado. Tampoco debéis practicar colecho si fumáis, ya que aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante.

¿Se puede tomar café si das el pecho?

Tanto el café como aquellos alimentos que llevan cafeína o teína (chocolate, refrescos, té…) consumidos con frecuencia pueden originar irritabilidad y dificultad para el sueño en el bebé. Por lo tanto, evitad en lo posible un exceso de consumo de cafeína y teína en la lactancia. Hasta un total de 500 mg de cafeína al día (unas tres tazas de café) se considera seguro. 

Medicamentos compatibles con la lactancia

La mayoría de fármacos de uso común son compatibles con la lactancia materna: antipiréticos, antiinflamatorios, antibióticos, antidepresivos, analgésicos… Solamente entre un 5 y 10% de todos los medicamentos no lo son. Por supuesto, aquellos que el pediatra indique que pueden ser administrados directamente al lactante, también podréis tomarlos vosotras en caso de que sea necesario. La mayoría de las enfermedades crónicas en la madre también son compatibles con la lactancia materna, así como muchos de los procesos infecciosos que podéis padecer.

Cuidados y problemas en los pechos

Los pechos no requieren de ningún cuidado especial durante la lactancia. Lavar el pecho antes de cada toma no es solo innecesario, sino que puede resultar perjudicial. Para la correcta higiene en la lactancia materna, bastará con la higiene habitual. Además, algunas pomadas se han demostrado perjudiciales, por lo que no es conveniente su uso salvo casos específicos y con indicación médica.

Qué hacer cuando hay dolor si das el pecho

La lactancia no debe doler. Si duele, generalmente es debido a una mala postura o un mal agarre. También puede ser provocado por una limitación en la movilidad de la lengua del bebé o una mandíbula inferior retraída. Más allá de leves molestias que pueden ser habituales, sobre todo durante las primeras semanas con la subida y eyección de la leche, cualquier dolor intenso debe ser atendido por un profesional médico. 

Bebé tomando pecho

Si el dolor o la quemazón se intensifican al finalizar la toma, y además el pezón se torna a un color blanquecino primero y morado después, puede ser que se deba al síndrome de Raynaud. Este trastorno de los vasos sanguíneos es relativamente frecuente, y empeora con el estrés, el tabaco, la cafeína y el frío. Tras mejorar la postura y el agarre, aplicar calor seco en los pezones antes y después de las tomas puede ayudar a disminuir el dolor.

Qué hacer en caso de grietas: prevención y tratamiento

Para prevenir las grietas, lo primordial es seguir las indicaciones básicas para establecer la lactancia correctamente: la primera toma precoz, una buena postura, un agarre correcto, no limitar las tomas y solicitar ayuda en caso de dolor. Si ya tenéis grietas, además de mejorar la técnica de amamantamiento y valorar la posición de la boca del bebé, os ayudará mantener los pezones secos y al aire la mayor parte del tiempo y aplicar vuestra leche materna o aceite de oliva varias veces al día. Ante infección, y en el caso de tener una heridita abierta, consultad con el médico y seguid su recomendación (utilizando pomadas sólo con prescripción médica). Y, si son muy dolorosas, podéis empezar las tomas por el pecho sano, para que el niño chupe el agrietado con menos avidez, e incluso extraer la leche con un sacaleches para dar la lactancia en diferido mientras se curan las grietas.

Congestión mamaria

La congestión o ingurgitación mamaria se produce normalmente entre el segundo y el cuarto día de vida del bebé.  Se debe al enorme aumento de flujo sanguíneo necesario para iniciar la producción de leche. Pero la congestión mamaria patológica solo aparece cuando el bebé no saca la leche correctamente.

Cuando los pechos en la lactancia están tan tensos que el bebé tiene dificultades para agarrarse, conviene que apliquéis un poco de calor justo antes de la toma y los vaciéis un poco manualmente. Si las molestias no se alivian tras la toma o persisten en el pecho que menos ha vaciado el bebé, debéis extraer toda la leche para evitar obstrucciones. También podéis aplicar durante media hora compresas frías sobre el pecho después de la toma.

La mastitis

La mastitis es la inflamación de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria, y puede estar acompañada o no de infección. Se origina por la retención de la leche y por un sobrecrecimiento bacteriano. Los síntomas principales son el dolor mamario, la inflamación local y, en ocasiones, síntomas similares a un cuadro gripal. Si sospecháis de una mastitis de origen infeccioso, es recomendable que acudáis al médico para que os hagan un cultivo de la leche. 

El tratamiento de la mastitis consiste en conseguir un total vaciado del pecho y hacer reposo. Nunca se debe suspender la lactancia en caso de mastitis. Cuando los síntomas duran más de 24 h, suele ser necesario el uso de antibióticos, que no son peligrosos para el bebé.

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