La prematuridad es un problema de salud a nivel mundial. Se estima que cada año nacen en el mundo 15 millones de bebés prematuros. En España supone unos 30.000 nacimientos anuales antes de tiempo. Más de una tercera parte de los bebés ingresados en las unidades neonatales lo están por haber nacido de forma prematura.
La prematuridad es la principal causa de muerte en los recién nacidos durante los primeros días de vida y es responsable de la mitad de los casos de discapacidad en la infancia.
Clasificación de la prematuridad
Se considera prematuro al bebé que nace antes de las 37 semanas de gestación. El tiempo de gestación es muy importante y por eso se clasifica a los bebés prematuros en función de su edad gestacional, puesto que, cuanto antes se ha producido el nacimiento, más riesgo de complicaciones y secuelas hay. De esta forma, los protocolos médicos y el seguimiento de estos bebés se realizan teniendo en cuenta la siguiente clasificación:
- Prematuros extremos, menores de 28 semanas de gestación.
- Muy prematuros, entre 28 y 32 semanas de gestación.
- Prematuros moderados o tardíos, nacen entre la semana 32 y la 37.
El límite de la viabilidad se sitúa entre las 23 y las 25 semanas de gestación. Estos bebés tan pequeños (en ocasiones pesan poco más de 500g, suponen un gran reto terapéutico.
Por qué el bebé ha nacido prematuro: causas
La mayoría de las veces el parto prematuro ocurre por causas desconocidas. Simplemente se rompe la bolsa de líquido amniótico o se desencadenan las contracciones del parto. Algunos factores que lo pueden favorecer son: antecedente de parto prematuro, edad materna (menor de 20 o mayor de 40 años), embarazo múltiple, estrés, consumo de drogas, enfermedades del feto, enfermedades maternas o problemas uterinos y placentarios.
Problemas médicos derivados de nacer antes de tiempo
Los problemas médicos suelen ser más importantes cuanto menor es la edad gestacional. Hay muchas diferencias individuales en la evolución, también dependientes de las circunstancias en las que se ha desencadenado el parto y los problemas previos detectados en el feto o en vosotras, las madres.
Es importante que conozcáis que la prematuridad se asocia a inmadurez de todos los órganos y sistemas, y no solamente a un tamaño corporal pequeño. Los grandes prematuros, menores de 28 semanas y habitualmente menores de 1100-1200 gramos, son los que suelen tener mayores problemas y riesgos médicos, como los siguientes:
- Problemas respiratorios que requieren suplemento de oxígeno y en ocasiones soporte ventilatorio.
- Dificultades en la alimentación y déficits nutricionales.
- Sistema inmunitario inmaduro, que les hace muy susceptibles a infecciones.
- Lesiones hemorrágicas o infarto en el sistema nervioso central, por alteraciones de la vascularización y de la oxigenación.
- Enterocolitis necrotizante, una afectación intestinal que puede llegar a originar una perforación.
- Otros riesgos como anemia, ictericia, hipotermia o retinopatía.
Prematuros tardíos: nacidos entre la semana 34 y la semana 36
Es el grupo más numeroso de bebés prematuros, constituyendo un 70% de los bebés nacidos antes de tiempo. Su peso de nacimiento suele ser mayor de 2000-2200 gramos y en apariencia podéis confundirlos con un recién nacido a término, pero de menor tamaño.
Sin embargo, los bebés prematuros tardíos precisan un seguimiento más estrecho que los recién nacidos a término, porque tienen más dificultades para la succión y la alimentación y, en consecuencia, para ganar peso. Es más habitual que tengan déficits nutricionales, que les cueste regular la temperatura, o la glucemia, o que tengan problemas respiratorios.
Durante su seguimiento también debéis tener en cuenta el antecedente de prematuridad, porque es posible que algunos hitos del desarrollo los alcancen un poco más tardíamente.
Aspectos que tener en cuenta en el desarrollo del bebé prematuro
Ante un parto prematuro, surgen muchas preguntas y miedos. Es algo normal, además de por las circunstancias que han rodeado al nacimiento, porque los bebés prematuros necesitan unos cuidados especiales. Algunas cosas que debéis saber son:
- No siempre un bajo peso implica prematuridad. Los pesos se establecen mediante las tablas de peso y percentiles, de forma que puede haber bebés prematuros de bajo peso, de peso adecuado o de peso elevado para su edad gestacional, al igual que ocurre con los nacidos a término.
- Edad corregida. La edad corregida es la edad que tendría el bebé si hubiera nacido a las 40 semanas de embarazo. Se utiliza en el seguimiento para ajustar la madurez de su desarrollo según la intensidad de su prematuridad. Es muy importante que lo tengáis en cuenta, por ejemplo, en la valoración del desarrollo psicomotor y emocional o para estimar el momento de ofrecer alimentos de consistencia sólida (BLW). Debéis individualizar el introducir la alimentación complementaria y otros aspectos preventivos como la vacunación que realizaréis siguiendo la edad cronológica y no la edad corregida.
- Seguimiento y secuelas. Debéis realizar el seguimiento de vuestro bebé durante toda su infancia porque las secuelas pueden aparecer en edades más avanzadas. Mientras que, en los primeros meses, los problemas motores suelen ser más evidentes, con el paso del tiempo, las dificultades de comunicación y sociales pueden aparecer. En la época escolar, cobran relevancia los trastornos del aprendizaje. Estos bebés se benefician de la atención temprana, que debe iniciarse tan pronto reciban el alta hospitalaria.