Durante el embarazo, y sobre todo cuando se acerca la recta final, hay decisiones que debéis tomar, como el parto o la lactancia que deseáis. No existe un único camino válido, cada familia debe informarse de las distintas y hacer una elección consciente de acuerdo con sus preferencias.
Tipos de parto: características, beneficios y riesgos
Parto en el hospital o parto en el domicilio
La mayoría de los partos tienen lugar en los hospitales, o al menos está previsto que así suceda. La asistencia en el parto puede variar de un hospital a otro, por eso es importante que investiguéis un poco antes de decidir dónde vais a parir, y hagáis todas las preguntas necesarias para conocer protocolos, opciones de parto y ayuda médica disponible durante el parto en los diferentes hospitales.
Pero también está la opción de parir en casa, de hecho, de los 400.000 nacimientos que hay al año en España, se estima que entre 1.000 y 1.400 son en casa por decisión de la madre. En casos de embarazo de riesgo o si os sentís más seguras en un centro sanitario, entonces un parto en el hospital es vuestra mejor opción. Pero parir en casa es también una opción segura y válida para mujeres que tenéis un embarazo de bajo riesgo, siempre y cuando estéis acompañadas por matronas bien formadas y con un plan de traslado al hospital correctamente establecido por si hay complicaciones. Actualmente, es una opción que no entra en la cartera de los servicios públicos de salud.
Parto por cesárea
Un parto por cesárea es una intervención quirúrgica para extraer el bebé mediante una incisión en las paredes del abdomen y el útero. La cesárea no es la vía natural del parto y conlleva más complicaciones que el parto vaginal, tanto para vosotras, las madres, como para el bebé. Pero en algunos casos, la cesárea es una opción más segura que el parto vaginal. Dependiendo de la situación, podéis tener:
- Cesárea electiva. Es la que se programa antes del parto si hay una condición materna o fetal que contraindican el parto vaginal. Puede ser el caso de bebés en presentaciones diferentes a la cefálica (es decir, bebés que no están colocados “boca abajo”), placenta previa, bebés con un peso estimado mayor de 5 kilos, 2 o más cesáreas previas (aunque también puede valorarse un parto vaginal).
- Cesárea en curso de parto. Entre otros motivos, puede ser por fracaso en la inducción o dificultades con la dilatación. En este caso, no existe riesgo inminente para vosotras ni para el bebé.
- Cesárea urgente o emergente. Cuando se sospecha de un compromiso del bienestar fetal o cuando hay un riesgo vital para vosotras. Se practica, entre otros casos, si hay un desprendimiento de placenta o rotura del útero.
Parto eutócico o parto distócico o instrumentalizado
El parto eutócico es el parto por vía vaginal en el que el bebé nace sin necesidad de instrumento alguno. En otros casos, es necesario ayudar en la extracción del bebé con espátulas, fórceps o ventosas. En el parto distócico, se necesita intervención médica, cirugía o la ayuda de dichos instrumentos.
Parto medicalizado y parto natural
Una de las mayores preocupaciones de las mujeres embarazadas cuando se acerca el día de parto es el dolor y la capacidad de controlarlo. Muchas de vosotras querréis algún tipo de analgesia para el alivio del dolor. Actualmente la analgesia epidural es el método más demandado y eficaz. Pero recordemos que la epidural es una técnica invasiva que conlleva una serie de riesgos y efectos sobre el parto, requiriendo una mayor vigilancia, limitando vuestra movilidad y disminuyendo la sensibilidad y por tanto la sensación de empujar; en consecuencia, se pasa a tener un papel más pasivo durante el parto.
El parto natural es un tipo de parto con poca participación de los profesionales sanitarios que deja que la naturaleza siga su curso. Muchas mujeres que optáis por un parto natural decidís hacerlo sin analgesia o anestesia (sin tratamiento farmacológico para el dolor) y minimizando las intervenciones como el monitoreo fetal continuo o los tactos vaginales. Con el parto natural, sin el uso de analgesia epidural, se puede disfrutar de mayor libertad de movimientos, usando las distintas instalaciones de la que pueda tener la sala de parto, como por ejemplo pelotas de pilates, silla de partos, lianas, etc.
Según la OMS, además del apoyo del equipo médico y acompañante durante el parto (el factor más importante), existen otros métodos de alivio del dolor. El primero es ofrecer a la mujer la posibilidad de adoptar la postura que ella prefiera y en la que sienta menos dolor, tanto en la cama o fuera. Esto significa que no tiene por qué se debe pasar la fase de dilatación necesariamente en la cama y menos aún en posición supina, y que debe tener la libertad de ponerse de pie, sentarse o andar.
Además de la libertad de movimiento, entre las estrategias no farmacológicas para aliviar el dolor durante el parto, podéis optar por la inmersión en agua, masajes, inyección de agua estéril, acupuntura en manos, pies y orejas e incluso hipnosis, aunque la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomienda que este último método sólo se utilice en parturientas que hayan practicado previamente. Y aunque su eficacia no tiene respaldo científico evidente, pero tampoco influye negativamente en el desarrollo del parto, la aromaterapia y la musicoterapia os podrían ayudar también a aliviar el dolor. Pero entre todos estos factores, el más importante para disminuir el dolor del parto es el apoyo continuo de profesionales y de la persona de confianza que os acompañe.
Parto en el agua
El parto en el agua puede ser un gran aliado para el manejo del dolor para algunas mujeres que tenéis un embarazo de bajo riesgo y es una opción si queréis tener un papel activo en el momento del parto. Por motivos de seguridad, el uso de la bañera no es compatible con el uso de fármacos para mitigar el dolor.
La dilatación dentro del agua es tan segura como cualquier otro procedimiento, y el uso de agua caliente permite reducir los dolores de la dilatación, preparando a la madre. Es posible hacer solo la dilatación en el agua y luego dar a luz en la cama o en cualquier otra posición que decidáis.
Es una opción que comienza a estar presente en algunos hospitales de la red pública. Por eso, antes de decantarse por un centro u otro, conviene conocer sus protocolos y opciones de parto.
Todo lo que necesitáis saber sobre lactancia materna
El tipo de alimentación del bebé es una decisión que debéis tomar después de conocer cada una de las opciones. En la mayoría de los casos, todos los bebés pueden ser alimentados con lactancia materna, lactancia artificial o lactancia mixta, cuando se alterna la lactancia materna y la artificial.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) y la Asociación Española de Pediatría, entre otras sociedades científicas, recomiendan que los bebés se alimenten con lactancia materna exclusiva al menos los primeros 6 meses de vida. Algunos de los beneficios y ventajas que la OMS describe de la lactancia materna son:
- Ofrece al bebé protección frente a múltiples enfermedades, gracias a que los anticuerpos presentes en la leche materna actúan contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades.
- Reduce los costos asociados con el cuidado de la salud, porque los bebés amamantados suelen necesitar menos visitas médicas, menos hospitalizaciones y menos medicamentos.
- Ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad en los niños y niñas.
- Favorece el desarrollo neurológico.
- Promueve el vínculo materno.
- Reduce significativamente el riesgo de la madre de contraer cáncer de ovario y de mama, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y depresión posparto.
- Es una opción más respetuosa con el medioambiente porque, a diferencia de la lactancia artificial, el consumo de envases (y todo lo que ello conlleva) es bajo.
Lactancia artificial desde el nacimiento
Aunque la lactancia materna es el alimento de elección para un desarrollo óptimo del bebé, lo cierto es que algunas madres decidís criar a vuestro bebé con leche de fórmula desde el nacimiento. Sea cual sea el motivo por el que dais leche de fórmula, algunas de las recomendaciones básicas que debéis saber son:
- En muchos hospitales ofrecen biberones de leche artificial ya preparados. No tenéis que forzar al recién nacido a que se lo tome todo, de hecho, con unos 15 ml por toma los dos primeros días suelen ser suficiente. Debéis dejar que sea el bebé quien decida cuánto quiere tomar y cada cuánto tiempo, sin que pasen más de tres horas entre toma y tomas estos primeros días. Lo que sobre del biberón en cada toma hay que desecharlo.
- Poco a poco irán aumentando la cantidad de leche, ya que su estómago se irá haciendo más grande. Observad sus señales de saciedad para no sobre alimentarle, pero tampoco le hagáis esperar a la siguiente toma si tiene hambre. La toma de biberón debe ser a demanda del bebé.
- Para preparar los biberones debéis seguir las recomendaciones que vienen en cada lata de leche artificial en polvo. Podéis utilizar agua envasada de mineralización débil si no estáis seguros de que el agua del grifo tiene un buen control sanitario.